lunes, 11 de enero de 2010

SOY MOVIMIENTO 2010...

Soñadores de libros, Perdidas entre páginas y Letras y Escenas propusieron “movimiento 2010”.
Como verán, los que conocen de que se trata esto, llegue tarde pero aún así me uno a esta forma de expresión, a esta lucha por los derechos del mundo y de la humanidad desde mi humilde posición.



Alba hablo de tolerancia, una palabra que resuena en mi cabeza y despierta muchos sentimientos desencontrados. Porque yo Maria Celeste vivo en un país donde esa palabra existe solo para unos pocos. Una palabra mal usa y que nada tiene que ver con el respeto del que verdaderamente habla (para los argentinos, sí es un palo para el gobierno, pero igualmente no voy a entrar a discutir sobre política).
Tolerancia, ¿qué significa realmente esa palabra? Podríamos decir, como bien dijo Alba respeto, pero también aceptación. Aceptar que cada sujeto es diferente, único, con una forma de pensar y de sentir propias, y con derechos, derechos para poder expresarse libremente, derecho para ser uno mismo, derechos de ser escuchado. Y en esto la tolerancia juega un papel fundamental, porque tenemos que ser capaces de tolerar lo diferente, algo que no es para nada sencillo. Pero… ¿cuánto es suficiente para ser tolerado?, ¿cuál es el limite?
Uno tolera, escucha y espera. Espera milagros que nunca se cumplen. Espera que el mundo cambie, que los hombres cambien, que cuiden la tierra, los animales, que cuide del semejante. Pero en esa “tolerancia” no hace más que evadir, mentir, negar.
¿Toleramos al marginado por ser diferente?
¿Toleramos a aquellos que hacen justicia por mano propia por no ser escuchados?
¿Toleramos al que abandona a unos cachorritos en medio de la ruta por pensar que no son merecedores de afecto y contención?
Entonces me pregunto ¿qué es la tolerancia realmente?, ¿cuándo uno debe aceptar lo diferente y cuando hay que hacerle frente a los hechos que reclaman justicia?
Uno debería poder hacer una auto-critica y ser tolerante con lo que realmente merece ser tolerado y decir basta a aquellos que nos quieren convencer que toleremos lo que en realidad no debe ser tolerado. Decir basta a la marginación, decir basta al maltrato animal, decir basta a la violencia familiar, decir basta al silencio.
Entonces, la tolerancia es una capacidad que requiere de mucha conciencia, que es digna de merecer pero que también puede caer bajo estigmas falsos.
Yo tolero la libertad de expresión, el respeto por el otro, por el mundo. No tolero la injusticia, la violencia y la hipocresía.

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