viernes, 17 de diciembre de 2010

Sinsajo... brutalmente maravillosa

Y pensar que, a partir de ver la propaganda en la revista de Quid, es como me enteré de su existencia. “Una lectura adictiva”, decía. Pero a mi, lo que más me había llamado la atención era la chica de pelo negro y con una larga trenza cayendo a un costado, sosteniendo una flecha, su objetivo, todavía no lo sabía. Lo que sí sabía era que el libro debía ser mío.



Y cuando lo tuve en mis manos, en la librería, y me aventuré a leer la primer página, todas las dudas (que igualmente no existían, quería el libro ya) desaparecieron.

“Cuando me despierto, el otro lado de la cama está frío. Estiro los dedos buscando el calor de Prim, pero no encuentro más que la basta funda de lona del colchón. Seguro que ha tenido pesadillas y se ha metido en la cama de nuestra madre; claro que sí, porque hoy es el día de la cosecha.”

Y así nos vamos familiarizándonos con palabras, palabras que van cobrando cada vez más significado. “Cosecha” dijo Katniss, nuestra héroe trágica en esta historia por demás desgarradora, aún más: cautivante.

“Prim, Peeta, Gale” “Cosecha”, “Distritos”, “Veta”, “El quemador”, “Tributos”, “La arena”… “Los juegos del hambre”

Vemos como nuestra pequeña protagonista se presenta voluntaria para salvar lo que más ama en el mundo: su hermana Prim. La vemos moverse en la arena, la vemos matar y sobrevivir y la vemos con Peeta. Quien, inevitablemente y con su corazón amable y sensible de enamorado, se gana no sólo el corazón de Katniss, también el de los que estamos del otro lado, impaciente por el desenlace de la historia.



Y sin querer la tributo del doce, la chica en llamas se convierte en la rebelde, la desafiante, ¿la que tomo las bayas sólo para desafiar al capitolio?, ¿la que no estaba preparada para seguir con su vida sin Peeta, el chico del pan?, la ganadora, la vencedora.



Le tomamos bronca al Capitolio, sentimos la impotencia del marginado, del excluido y dentro de nosotros, por debajo de nuestro corazón palpitante crece la idea de convertirnos en guerreros, de acabar con la opresión y la pobreza, de acabar con los juegos, queremos que Katniss triunfe. Sabemos que el presidente quiere su cabeza en su cena, y así “En Llamas” consume nuestras energías, segundo libro.

Nos volvemos a encontrar con la veta, con el doce, con Gale (a quien conocemos un poco más, y que a mi particularmente no termina de convencer, es indudable que adoro a Peeta), y con un Peeta algo ofendido, pero cuyo enojo no es suficiente para que su amor por Katniss y sus ascias de protegerla no sucumban en el primer intento.



La amenaza está allí, latiendo, agazapada en la oscuridad, preparándose para ensartar el golpe mortal. Entonces Katniss y Peeta vuelven a ser la trágica pareja que tiene que volver a pasar por los juegos del hambre. Sí, el presidente Snow quiere verla muerta.

Y así es como nos enteramos, después de sufrir un poco en la arena, que el distrito 13 existe, y que está allí, afuera, a las espaldas de Katniss, la guerra es un hecho, comenzó con una simple llama y hoy es una fogata ardiente, expandiéndose como la pólvora. Y Katniss es la esperanza, es la líder que impulsa al pueblo a luchar por lo que por derecho le corresponde: la libertad.

Sinsajo nos abre la puerta hacia las cenizas de lo que quedo, o no quedo: las ruinas del 12, “es peligroso jugar con fuego”. El distrito 13 es nuestro nuevo hogar y es difícil acomodarnos y más que nada por un hecho, que al final de “En llamas” consumió nuestro corazón: Peeta. Salimos de la arena, pero él no regresó con nosotros.

“Miro los zapatos, veo cómo una fina capa de cenizas se deposita sobre el cuero gastado. Aquí es donde estaba la cama que compartía con mi hermana Prim. Allí estaba la mesa de la cocina. Los ladrillos de la chimenea, que se derrumbaron formando una pila achicharrada, sirven de punto de referencia para moverme por la casa. ¿Cómo si no iba a orientarme en este mar de color gris?”

"El coraje vencido por la fatalidad, es, en suma, toda la tragedia de la vida humana encarnada por el héroe griego"



Katniss se convierte en Héroe, sus acciones, su valentía, su forma de ver la vida lo hacen. En sus manos tiene el poder para guiar la revolución, para levantar al pueblo. Pero ser el líder, ser el Sinsajo no es tarea sencilla. Katniss debe enfrentar el dolor y las perdidas que ello supone. Y es que el héroe está atravesado por una serie de fatalidades, tales como la muerte. Es que al fin y al cabo, representa un objeto esencial para lograr un bien común, y ella lo sabe.

“Los sonidos del dolor y pena se desvanecen y pasan a ser palabras ilusionadas. Me llaman de todas las esquinas. Empiezo a moverme y aceptar las manos que me ofrecen, a tocar las partes sanas de los que no pueden mover sus extremidades, a decir: hola, ¿cómo estas?, me alegro de conocerte. Nada importante, ningún asombroso lema inspirador, pero da igual. Boggs tiene razón: es verme, verme viva, lo que los inspira.”

Por eso la vemos caerse y levantarse todo el tiempo, es fuerte y su objetivo es claro: acabar con el presidente Snow, quien arruino su vida y la de las personas que ama.

Yo me pregunto, ¿qué es lo que tiene está saga que no puede apartarme de ella hasta la última hoja?, ¿por qué está en el segundo lugar de mi lista de sagas preferidas? Supongo que son varias las variables que influyen.




Como dije anteriormente, lo principal es que el papel de Katniss es el de un héroe griego. Un ser destinado a sufrir, a vivir las más aberrante experiencias. A su vez, su fuerza, que parece, y sólo por momentos, inacabable, es aplacada por su vulnerabilidad por su hermana, por Peeta, el chico del pan, por Gale o por un desconocido cualquiera. Eso la hace humana, demostrando así su valentía. Pero además la novela es un ejemplo claro de nuestra historia, de la historia de nuestra existencia, de la humanidad.

El poder, el castigo, el dolor, y es que no había dicho ya Nietzche “para que algo se mantenga en la memoria hay que grabarlo a juego; sólo permanece en la memoria lo que no deja de doler” axioma de la psicología más antigua. Y es así como desde los comienzos de la humanidad, el castigo y la crueldad figuraban entre las principales diversiones. El castigo, el miedo, son formas de poder, de hacer que no te olvides”,de dominar a los que menos tienen. Hoy, si bien nos “modernizamos y evolucionamos”, no es tan distinto. La opresión y la marginalidad siguen estando allí, no tenemos unos juegos del hambre, pero muchos de nuestros chicos mueren día a día, ya sea por hambre o por causa de la delincuencia, cada vez más siniestra y despiadada.

“Pueden engordarme, pueden arreglarme de pies a cabeza, vestirme y ponerme de nuevo guapa; pueden diseñar nuevas armas de ensueño que cobren vida en mis manos, pero nunca jamás me volverán a lavar el cerebro para que necesite usarlas. Ya no siento lealtad hacia estos monstruos llamados seres humanos, a pesar de ser uno de ellos. Creo que Peeta dio con la tecla al comentar que nos destruyéramos entre nosotros para dejar que otra especie más decente ocupara nuestro lugar. Porque algo falla estrepitosamente en unas criaturas capaces de sacrificar a sus hijos para zanjar sus diferencias.”

Y eso es lo que veo, es lo que Suzanne Collins plasmo en estas páginas. Y que modo más recomendable para entender la realidad: tomarla y convertirla en ficción. Es que a través del relato, de la creación literaria es que podemos contar, decir algo de la realidad, ¿entenderla?... quizá.

Y en esta realidad, en Katniss, es en quien ponemos nuestras esperanzas de un mundo mejor. Aprendemos así que, a pesar de que el hombre, por su naturaleza, es un ser dominado por el odio y la maldad, también existe el amor, único remedio ante tan despreciables sentimientos, ante la locura y deshumanización del horror.

Sinsajo es prueba de ello.

Esta última entrega es tan sorpréndete, arrolladora y absolutamente increíble como sus dos antecesoras. Ya no se trata de unos simples (o no tanto) juegos del hambre, el amor pasa a un segundo plano y el horror se hace patente. El desenlace se vuelve inminente y la sangre corre, llevándose a todos por su paso. Katniss está más sola que nunca (a pesar de que mucha gente la rodea, y le dice qué decir, qué hacer), sólo su odio y su sed de venganza la acompañan. Pero entiendo, es necesario, hay una guerra por delante, y con todo lo que ello implica.



Gale muestra quién es realmente (por algo no me gustaba tanto), es diferente a Katniss, diferente a Peeta; él es movido por la rabia y el odio, pero, ¿su amor será suficiente para Katniss?.
Peeta, oh mi Peeta querido…

Lo peor: ya nada volverá a ser igual. Nuestra protagonista está corrompida, y no es la única. Es que es difícil volver a vivir cuando todo a tu alrededor es muerte. Aun así…

“Me llamo Katniss Everdeen. ¿Por qué no estoy muerta? Debería estar muerta. Sería mejor para todos que estuviera muerta…”

Los juegos del hambre me enamoraron. En llamas me dejo sin palabras. Sinsajo en cambio fue brutalmente maravillosa. No podría haber terminado de otra manera.

Ahora y después del final sólo resta esperar la pelicula...